domingo, 18 de febrero de 2007

Sobreadaptado

Llegué a Francia con una serie de temores vinculados a la misma situación: Iba solo y sin hospedaje.

Originalmente decidí no escribir nada hasta que las cosas se normalizaran; afortunadamente siguen pasando cosas nuevas cada día, y bien, he aqui mi primer euroblog.

Aun antes de dejar territorio americano este viaje me ha brindado nuevas experiencias, pues a pocos minutos de abordar se me pidió acompañar a un guardia a un área especial donde un agente viejito, chaparro y regordete de national security tuvo que inspeccionarme junto con mi equipaje de mano.

No se si era su primera vez o es parte del entrenamiento, pero el pobre hombre estaba más nervioso que yo. Me pedía perdón verdaderamente con el corazón en la mano cada vez que tenía que pasarme el detector de metal por el cuerpo. En menos de 10 minutos escuché I'm terribly sorry unas 25 veces. Sólo le faltó despedirse de abrazo.

En mi vuelo internacional, contra toda fantasía de inicar mi viaje con una vecina simpática, me tocó un hindú con muchas ganas de conversar. Dudo que en 6 meses pueda aprender tanto sobre la cultura y vida europea, como lo que en 10 horas aprendí sobre la vida de Hareem, su examen de medicina en Chicago, y la capacidad de crear un equipo de soccer ficticio en linea.

Ya en el aeropuerto Charles de Gaulle, París debía comenzar mi tranquilidad... voy por mi equipaje y tras 20 minutos esperando en la banda aparece el mensaje: Terminé. Típico. Voy con la fulana encargada a ver que onda y me dice que en aproximadamente 8 horas regrese a ver si ya había llegado... puse cara de hambre y me dieron 19 euros de credito para gastar en el food court.

Voy a la ciudad a buscar un hotel antes de que anocheciera en la zona recomendada por mi primo... que terminó siendo el ghetto de ghettos en París. Me intentaron pickpocketear unas 4 veces y vi como a otra persona le sacaron la cartera. Regreso por mi equipaje que afortunadamente ya estaba ahi y me encierro en el hotel; a primera hora del otro día me cambio de zona y me voy de turista.


Solo, como fantasma, caminando por París al amanecer. La Torre Eiffel, quiero subir caminando. Voy a comprar mi ticket cuando escucho:
-¿Cu-án-to? Su-bir, tiém-po
-C'est ouvert, 9 heures a 17- un guardia francés con cara de esquiusmi

¿Mexicanos? No, nosotros intentamos cominicarnos o en el idioma local o en inglés; pero como buen nieto de doña Mónica, mujer maña (Aragonesa - España) y ferviente creyente de que todos nacemos hablando castellano, ya me había tocado presenciar su forma de comunicarse con el salvaje no-hispanoparlante. Muy sencillo, articulas cada sílaba lenta y marcadamente para que su cerebro reconozca el dulce sonido de la lengua madre y pueda comprender el obvio mensaje.

Sin duda eran una bola de gachupines.
-Combien de temps prends la marche?- pregunto al guardia
-Autour du 40 minutes
-Tardan como 40 minutos en subir- le digo a los españoles
-¡Ahh! ¿Vais a subir?

Se presentaron, y subimos juntos. Dos españoles y una española celebrando su graduación universitaria. Después nos topamos con unas argentinas, que los gachupines estaban tercos con que eran mexicanas por su acento hasta que les preguntamos. Estuvimos conociendo la ciudad y nos regresamos al hotel... ahi termina París pues al otro día me entró un ataque de desesperación y compré mi boleto hacia aqui, Annecy.

¿En qué consiste la adaptación? Depende, como la mayoría de las cosas, del sentido que se le otorgue a la palabra. En este caso la siguiente definición es la más certera a mi narrativa:

Adquisición de lo necesario para acomodarse mental y físicamente a diversas circunstancias

Annecy, a diferencia de París u otras grandes capitales europeas, no es una ciudad cosmopolita; la France pour le Français podríamos decir. Ya no me encontraba en una ciudad turística donde a cada 5 minutos me toparía con información y otras personas, como yo, solos en un país extranjero.

En cuanto al acomodo mental y físico no me refier
o a la adaptación climatológica ni lingüística; tales son el tipo de obstáculos que tras millones de años en evolución superamos con mayor facilidad. Mi adaptación se enfocará primordialmente en los aspectos socio-cultural e interpersonal.

A tomar en cuenta está el hecho de que llegué sólo, sin hospedaje, sin conocidos locales y a tomar clases dentro del periodo francés, no el internacional que sería donde los demás estudiantes de intercambio llegarían (la diferencia siendo que ese comenzaba mes y medio después y los cursos serían impartidos en inglés).

Mis primeros días fueron un fracaso; estar pagando hoteles (aunque increíblemente logré llegar a un acuerdo con el gerente para que me dieran precio especial), café internet, carnes frías como comida... captan la idea: en Survivor ya estaría fuera. El lunes decidí ir a la universidad a pesar de que mis clases no comenzaban hasta dentro de una semana.

Casi completamente inhabitada, vi a dos francesas en un salón haciendo lo que parecía ser trabajo becario. Me presenté, platicamos y me ayudaron a encontrar un mejor lugar para quedarme mientras recibía respuesta de alguna de las residencias universitarias donde había aplicado. Una de ellas, Nono (Noemí), se ha convertido en muy buena amiga desde entonces. Mi maestra de slang francés.

Fueron aproximadamente 2 semanas entre mi llegada y la fecha de entrada a una de las residencias universitarias que previamente me había indicado su indisponibilidad de habitaciones. Por suerte (aunque la suerte no exista así que llamémosle casualidad), una persona se fue antes de tiempo y me mandaron un email que contesté al instante.

Ad interim estuve en un albergue para jóvenes altamente recomendado (www.fuaj.org) donde me tocó conocer a un chino, un japonés (que es la cura), 3 franceses (con quienes vi el clásico de clásicos... Marseille contre Lyón), 2 suizas, 2 británicas, 3 alemanas y una pareja de canadienses. Una de mis mejores experiencias interculturales, especialmente a la hora de comer, cuando nos dedicábamos a compartir nuestras recetas.

Otra sorpresa el día que llego a mi residencia universitaria: Nono está en el mismo edificio. Esa misma noche, jeudi soir, tuvimos una pequeña soirée française donde conocí a mis nuevos vecinos y me percaté de que el bâtiment E contaba con la presencia extranjera de únicamente una alemana y la mía... todos los demás eran franceses indispuestos a hablar en inglés u otro idioma.


Por algunos días mi participación en las conversaciones se reducía a unos pocos oui y non debido a que su velocidad me inhabilitaba de realizar aportaciones sustanciosas. Enfatizo que algunos días únicamente pues pronto me encontraba platicando y, como se ha vuelto costumbre, preguntando cada vez que no entendía el significado de una palabra.

Mis clases ya habían comenzado en un grupo bastante reducido de franco-nerds. Debido a ello, mi interacción con este se redujo a lo estrictamente académico.

Fiestas, películas de Will Smith dob
ladas y antro. Mi debut como estudiante francés. Curiosamente en mi edificio también se encuentra quien es el presidente de la Sociedad de Alumnos del IMUS, Damián.

Finalmente, sobreadaptado. Desde mi llegada, por carencia de coordinación, no había podido ver a la persona encargada de los intercambios internacionales; conversando con Damián le preguntó si no me había visto nunca, a lo que el respondió que compartíamos edificio. Muy preocupada (me cuenta Damián riéndose), le pregunta:

-¿Cómo está? ¿Habla bien francés? ¿No está teniendo problemas para integrarse?

Damián simplemente contesta con una sonrisa burlona:
-Non- sonríe y se rasca la cabeza- Je pense que maintenant il est sur-adapté. (No, pienso que se sobre adaptó).

Buena respuesta... si tan sólo se hubiera ahorrado la consecuente descripción de las soirées que le habían hecho pensarlo.


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