Como buenos desorganizados comenzamos caminando por un camino aleatorio que por fortuna nos llevó hacia parte de uno de los rios que le atraviezan (por algo se le conoce como la Venetia de los Alpes).
Tras una romántica caminata (jajaja), subimos hacia la catedral principal de la ciudad (en la cima de uno de los montes).
Son varias asi que nada más colocaré aquellas que me parecieron más impresionantes.
Padre
Madre
Se veía alucinante la ciudad de noche con tantas luces.
Ha sido una buena oportunidad para tomar fotos locales que tanto me faltaban (únicamente tenía del lago y la montaña), asi como para pasar un buen rato con el bromista de Maurice, quien despertaba a cuadras enteras con sus risotas cada vez que nos topábamos con una escultura nueva.
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