Me sorprendió Lisboa. Es una ciudad muy grande e infestada de turistas, no sin justa razón, ya que hay mil cosas por ver y visitar.
El idioma es relativamente fácil y muy contagioso... ayer de noche que regresé a Barcelona los tenía hartos con mis palabras en portugués. Oh sim jaja (la m casi no se pronuncia).
Sólo estuve un día y medio en la capital, pero aun asi he tenido tiempo de hacer varias cosas... entre ellas el probar cervejas portuguesas - Super Bock y sobre todo la nueva Sagres com sabor e limão.
Pero no todo en esta vida son vicios (aunque Mauricio no esté de acuerdo). También he entrado al Museu Nacional de Arte Antiga... muy nice.
Después di un rápido recorrido que casi me mata de cansacio, en búsqueda de los mejores monumentos para fotografiar.
Me hubiera agradado dedicarle más tiempo, pero no imaginé que me fuera a gustar tanto. También fui a una ciudad que se encuentra a 40 min en tren y es considerada Patrimonio Mundial por la UNESCO... Sintra.
Y bien, comencé con todos los ánimos del mundo a pesar de estar super cansado después de tanto caminar los días anteriores.
Hasta que por fin comencé a ver partes de la construcción...
Ya que llegué al castillo quedé seguro de que valió la pena toda la travesía... ¡Era impresionante! Con lo que me gusta la historia medieval, yo era simplemente feliz, no quería bajar, subía a las torres y me quedaba sentado por varios minutos; además, estaba completamente nublado, que aunque por una parte me impidió tener una buena vista de la ciudad, creaba una experiencia de estar aislado en el medievo... estaba tripeando como nunca.

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